Para desarrollar esta cuestión es interesante conocer la teoría del
“Marcador Somático”, del neurólogo portugués Antonio Damasio. Según esta
teoría, mediante un aprendizaje, determinados estados somáticos se asocian a
ciertos estímulos, por lo que en situaciones puntuales el cuerpo emite una
señal relacionada con sus experiencias anteriores. Es decir, nuestro organismo
crea un registro en el que acumula todas las asociaciones de tipo situación-estado
somático. Este registro servirá para ayudar a la persona a tomar decisiones.
Ante una situación el registro buscará experiencias similares ya vividas; si se asocia con una experiencia previa
negativa el marcador somático procurará que tomemos una decisión distinta a la
anterior, y si la experiencia fue positiva fomentará la toma de una decisión
semejante a la hecha con anterioridad.
En mi opinión, y teniendo en cuenta la
teoría anterior, los sentimientos y las emociones condicionan la mayor parte de
nuestras actuaciones y decisiones. Los seres humanos, a diferencia de los
animales, somos capaces de pensar, pero aun así muchas decisiones las tomamos
impulsivamente. Esos impulsos, en gran parte, están condicionados por los
factores anteriores. Por ejemplo: Tú estás enfadado y una persona que no
conoces de nada te hace una pregunta, tu respuesta tiende a ser agresiva, y tú
comportamiento no será el más adecuado.
Todo lo explicado anteriormente se observa
claramente en la película “Doce Hombres sin Piedad” de Sidney Lumet. La mayor
parte de los miembros del jurado están condicionados por sus sentimientos y
emociones, pero sobre todo se refleja en dos de ellos. El primero es aquel
hombre que habiendo tenido una mala
relación consideraba que el comportamiento de su hijo podría asociarse al del
acusado; y el segundo, el hombre que había tenido una infancia dura, muy
semejante a la del acusado, lo que hacía que empatizase con este. En
definitiva, se sentía plenamente identificado con el reo.
En resumen, nadie es imparcial a la hora de
tomar una decisión. Nuestras vivencias, experiencias, sentimientos y emociones
condicionan nuestra actuación.
Julia López González
1ºBI
No hay comentarios:
Publicar un comentario