Para desarrollar esta cuestión me voy a basar en la película “Matrix”.
En esta película a la filosofía de Platón, a la existencia de dos mundos, el
real y el ficticio, llamado Matrix. En este segundo mundo la gente vivía bajo
un estado total de ignorancia, donde se les muestra una realidad falsa.
En una de las escenas Cifras le
dará la clave de acceso a Zión a uno de los agentes a cambio de que lo
devuelvan a ese estado de ignorancia, quería olvidarse de la existencia de dos
mundos, quería volver a Matrix. Él consideraba que la ignorancia era la
felicidad.
En mi opinión esta pregunta no
tiene una respuesta concreta y absoluta sino que exige diversas precisiones. De
una parte, es verdad que la ignorancia, especialmente de los graves problemas
que pueden afectar a una persona, pueden contribuir a su felicidad momentánea o
presente al no ser consciente de esas circunstancias que le afectan. Al mismo
tiempo, esa ignorancia puede proporcionarnos también una mayor tranquilidad
hacia el futuro: cuanto menos sabemos menor es nuestra capacidad para predecir
lo que puede pasar, lo que hace que vivamos sin preocupaciones, sin pensar en
el futuro y lo que puede venir. Esto puede observarse en la película mencionada
antes. La gente que vivía en Matrix no sabía de la existencia de un mundo
dominado por máquinas, y ellos eran
felices viviendo en una gran mentira.
Sin embargo, esa ignorancia resultan contraria a la tendencia natural
del ser humano hacia el conocimiento y el conocimiento de la verdad. La mentira
que genera la ignorancia no solo puede generar esas mayores dosis de
infelicidad en el momento en que se descubre, sino que, además, dificulta el
aprendizaje que caracteriza el ser humano e impide cualquier posibilidad de
superar esas situaciones y solucionar los problemas, ya que la premisa para tal
solución es la consciencia de la realidad.
Pero la ignorancia tiene también otras consecuencias: Encuestas llevadas
a cabo en EEUU han demostrado que los
individuos que menos conocimiento tienen de los principales aspectos
problemáticos, además de demostrarse satisfechos con esa situación presentan
una mayor confianza en sus respectivos Gobiernos. Esa confianza en los
Gobiernos no es mala en democracia cuando se funda en la verdad, pero si puede
resultar preocupante cuando se asienta sobre la ignorancia de la realidad por
que podría resultar tentador para los propios gobernantes afianzar su posición
sobre la mentira y la ignorancia.
Por todo ello, pienso que, mejor que la tranquilidad cobarde que nos
puede dar la ignorancia, debemos buscar la mayor felicidad que se consigue
cuando de forma valiente se conocen y se solucionan los problemas,
afianzándonos como dueños de nuestro destino.
Julia López González
1ºBI
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