domingo, 16 de diciembre de 2012

¿La ignorancia es la felicidad?


Para desarrollar esta cuestión me voy a basar en la película “Matrix”. En esta película a la filosofía de Platón, a la existencia de dos mundos, el real y el ficticio, llamado Matrix. En este segundo mundo la gente vivía bajo un estado total de ignorancia, donde se les muestra  una realidad falsa.
   En una de las escenas Cifras le dará la clave de acceso a Zión a uno de los agentes a cambio de que lo devuelvan a ese estado de ignorancia, quería olvidarse de la existencia de dos mundos, quería volver a Matrix. Él consideraba que la ignorancia era la felicidad.
   En mi opinión esta pregunta no tiene una respuesta concreta y absoluta sino que exige diversas precisiones. De una parte, es verdad que la ignorancia, especialmente de los graves problemas que pueden afectar a una persona, pueden contribuir a su felicidad momentánea o presente al no ser consciente de esas circunstancias que le afectan. Al mismo tiempo, esa ignorancia puede proporcionarnos también una mayor tranquilidad hacia el futuro: cuanto menos sabemos menor es nuestra capacidad para predecir lo que puede pasar, lo que hace que vivamos sin preocupaciones, sin pensar en el futuro y lo que puede venir. Esto puede observarse en la película mencionada antes. La gente que vivía en Matrix no sabía de la existencia de un mundo dominado  por máquinas, y ellos eran felices viviendo en una gran mentira.
Sin embargo, esa ignorancia resultan contraria a la tendencia natural del ser humano hacia el conocimiento y el conocimiento de la verdad. La mentira que genera la ignorancia no solo puede generar esas mayores dosis de infelicidad en el momento en que se descubre, sino que, además, dificulta el aprendizaje que caracteriza el ser humano e impide cualquier posibilidad de superar esas situaciones y solucionar los problemas, ya que la premisa para tal solución es la consciencia de la realidad.
Pero la ignorancia tiene también otras consecuencias: Encuestas llevadas a cabo en EEUU han demostrado  que los individuos que menos conocimiento tienen de los principales aspectos problemáticos, además de demostrarse satisfechos con esa situación presentan una mayor confianza en sus respectivos Gobiernos. Esa confianza en los Gobiernos no es mala en democracia cuando se funda en la verdad, pero si puede resultar preocupante cuando se asienta sobre la ignorancia de la realidad por que podría resultar tentador para los propios gobernantes afianzar su posición sobre la mentira y la ignorancia.
Por todo ello, pienso que, mejor que la tranquilidad cobarde que nos puede dar la ignorancia, debemos buscar la mayor felicidad que se consigue cuando de forma valiente se conocen y se solucionan los problemas, afianzándonos como dueños de nuestro destino.  

Julia López González
1ºBI


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