El que dos personas lleguen a un acuerdo sobre lo que
perciben depende de factores que
contribuyen a la interpretación de lo que percibimos, aunque no seamos
conscientes de ello.
Obviamente dos sujetos podrían llegar a ponerse de
acuerdo porque realmente así lo creen, es decir, que comparten ese mismo punto
de vista aunque puede que en otros aspectos no sea así.
También podrían coincidir en sus opiniones sobre una
realidad llegando a un acuerdo pactado previamente aunque los individuos no lo
crean, ya que así obtienen algo a cambio. Si nos remontamos a la Alemania nazi
encontramos un claro ejemplo de este último comportamiento. Algunos de los soldados nazis que no compartían esta
ideología, obedecían igualmente a las órdenes de sus superiores ya que si se
manifestaban en contra podrían matarlos.
Percibiendo una misma realidad, dos personas pueden tener
distintas opiniones y ser válidas ambas; pongamos por caso la interpretación de
un cuadro o de un libro. Estas variaciones pueden deberse a causas tan
múltiples como el estado de ánimo en el que se encuentran, la forma de pensar
de cada una de ellas o incluso la edad que tengan los individuos puede ser
decisiva a la hora de llegar a una idea. Realmente una opinión no es mejor que
otra, simplemente constituye una manera distinta de interpretar un mismo
concepto. A menudo presenciamos discusiones en las que varias personas o grupos
de personas defienden sus ideas y sus modos de interpretar una misma cuestión.
Podemos estar más de acuerdo con unos que con otros, pero en ninguno de los
casos podemos tachar de inválidas las opiniones
con las que no nos sentimos identificados.
Cristina Vázquez Lorenzo 1ºBI-C
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