martes, 11 de diciembre de 2012



¿Puede equivocarse la gente sobre sus propias emociones?

Es frecuente que una persona se sienta de una forma y no sepa poner un nombre a ese sentimiento. Describir sentimientos es difícil, y esto puede llevarnos a confusiones. Es un caso parecido cuando nos duele algo o tenemos un malestar pero no sabemos a qué se debe o dónde se produce ese dolor.

Muchas veces el no saber en qué situación se producen unos hechos, puede llevar a una confusión en las ideas que una persona tiene sobre ellos. Por ejemplo, en la película Doce hombres sin piedad todos creían que el acusado era el culpable del asesinato de su padre y ninguno de ellos se había parado a pensar en la situación en la que éste vivía y,  por lo tanto, las razones que le habrían llevado a cometer el asesinato.

También es frecuente que la gente escuche o vea aquello que quiere ver o escuchar. De esta manera, “se sienten mejor” con ellos mismos o simplemente lo hacen para que se les preste atención. Un ejemplo de este comportamiento, es cuando el anciano de la película escucha decir al acusado que va a matar a su padre. Puede que haya malinterpretado estas palabras, o tal vez sólo haya sido su imaginación.


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