¿Puede equivocarse la gente sobre sus
propias emociones?
Es frecuente que una persona se sienta de una forma y no
sepa poner un nombre a ese sentimiento. Describir sentimientos es difícil, y
esto puede llevarnos a confusiones. Es un caso parecido cuando nos duele algo o
tenemos un malestar pero no sabemos a qué se debe o dónde se produce ese dolor.
Muchas veces el no saber en qué situación se producen
unos hechos, puede llevar a una confusión en las ideas que una persona tiene
sobre ellos. Por ejemplo, en la película Doce
hombres sin piedad todos creían que el acusado era el culpable del
asesinato de su padre y ninguno de ellos se había parado a pensar en la
situación en la que éste vivía y, por lo
tanto, las razones que le habrían llevado a cometer el asesinato.
También es frecuente que la gente escuche o vea aquello
que quiere ver o escuchar. De esta manera, “se sienten mejor” con ellos mismos
o simplemente lo hacen para que se les preste atención. Un ejemplo de este
comportamiento, es cuando el anciano de la película escucha decir al acusado
que va a matar a su padre. Puede que haya malinterpretado estas palabras, o tal
vez sólo haya sido su imaginación.
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