Idoia Agulleiro Beraza 1ºBI
Los seres humanos nos caracterizamos por comunicarnos por
medio del lenguaje. El conjunto de sonidos, caracteres y gestos que lo
conforman expresan lo que sentimos, pensamos o creemos. Esto es una gran
herramienta que nos permite comunicarnos de manera eficaz con aquellos que
deseemos.
Pero decir aquello que pensamos conlleva a un alto cargo de responsabilidad
puesto que nuestras palabras no son meros sonidos que desaparecen en el aire como si nada
hubiese ocurrido. En realidad todo
aquello que decimos tiene una transcendencia y una repercusión sobre el entorno
que nos rodea. Es decir que cualquier palabra que construyamos y expresemos
genera unas consecuencias de las que somos responsables.
Generalmente no somos conscientes del alto cargo al que
estamos sometidos cuando damos nuestra opinión. Esto se puede ver claramente en
la película “12 hombres sin piedad” en la cual el jurado debe decidir si el
acusado es culpable. La decisión de estos miembros desembocará en que un ser
humano sea libre y exculpado de cualquier cargo judicial o por el contrario
conducirlo a la silla eléctrica.

En esta película cabe destacar la gran importancia que conlleva
tomar una decisión. Además una cosa que nos sorprende es la facilidad y rapidez
con la que las toman. Algunos individuos del jurado deciden acusar al muchacho
por una serie de prejuicios que tiene en contra de un determinado grupo social
sin conocer realmente los detalles de la acusación. Sin embargo otro miembro
del jurado lo acusa porque tiene prisa y quiere asistir a un partido. Es decir que actúan de modo que salgan beneficiados sin interesarse por las consecuencias.
La trama de la película nos hace reflexionar a cerca de la necesidad que existe de meditar y reflexionar.
Y ya no solo eso, también debemos estar totalmente informados a cerca de lo que
vamos a discutir para poder entender diferentes perspectivas.
Es verdad que no podemos comparar la gran repercusión de los
hechos que se tratan aquí con los asuntos cotidianos con los que tratamos
habitualmente. Pero aún así debemos de
ser precavidos y tal y como dice la expresión: pensar antes de hablar.
El no hacerlo puede causar importantes problemas al emisor,
como por ejemplo transmitir un mensaje completamente diferente al que pretendía
expresar. Esto permitirá que el receptor no reciba una idea equivocada de lo que piensan sus semejantes.
Por lo tanto concluyo destacando que debemos ser conscientes de las consecuencias que conllevan hacer una afirmación de conocimiento.
En una cita del dominico Francisco de Vitoria se dice que: "Gran parte de la prudencia consiste en preguntar". Efectivamente, somos responsables de nuestras palabras, pero la pregunta que te formulo es la siguiente: ¿Somos responsables de nuestros conocimientos?, dicho en otros términos ¿La búsqueda de conocimiento es una cuestión de elección?
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