Los sentidos son el mecanismo fisiológico de la percepción, y permiten percibir lo que está a nuestro alrededor, así como determinados estados internos del organismo. Desde que tenemos uso de razón, aprendemos a percibir nuestra realidad con los cinco sentidos que nos han enseñado; la vista, el oído, el gusto, el tacto y el olfato. Sentimos lo que ocurre a nuestro lado, en nuestro mundo, lo percibimos. Vemos el día a día, la luz que entra por la ventana cuando salen los primeros rayos de sol; oímos las bocinas de los coches o el bullicio de los niños al salir del colegio y correr por el parque… Nuestros sentidos nos ayudan a percibir cómo y en qué manera nuestro mundo avanza… como el día que da paso a la noche.
En una medida basada en las experiencias de nuestras vidas, nuestros sentidos nos proporción respuestas o nos aclaran las dudas que puedan surgir ante nuestra realidad, la cual muchas veces no es como realmente esperamos y nos defrauda… llevándonos a un estado de frustración propia, donde posiblemente no sabemos ni qué sentimos ni cómo estamos.
Sin embargo, si “cerramos” los ojos y dejamos de ver el mundo desde el punto de vista de cómo nos sentimos en ese mismo momento, soy partidaria de que al dejarse llevar, nuestros sentidos y sensaciones nos permiten sentir el mundo en su totalidad. Tal y como ver los paisajes de nuestra tierra,saborear un pedacito de chocolate,escuchar una buena canción o tan simple como disfrutar de un momento de silencio.
Es cierto también que cada uno percibimos el mundo de diversas formas, ya que no todos disfrutamos ni sentimos lo mismo. Pero, gracias a ellos, podemos abrir los ojos y vivir intensamente nuestra propia realidad. Hacerla nuestra.
Paula García Álvarez
En una medida basada en las experiencias de nuestras vidas, nuestros sentidos nos proporción respuestas o nos aclaran las dudas que puedan surgir ante nuestra realidad, la cual muchas veces no es como realmente esperamos y nos defrauda… llevándonos a un estado de frustración propia, donde posiblemente no sabemos ni qué sentimos ni cómo estamos.
Sin embargo, si “cerramos” los ojos y dejamos de ver el mundo desde el punto de vista de cómo nos sentimos en ese mismo momento, soy partidaria de que al dejarse llevar, nuestros sentidos y sensaciones nos permiten sentir el mundo en su totalidad. Tal y como ver los paisajes de nuestra tierra,saborear un pedacito de chocolate,escuchar una buena canción o tan simple como disfrutar de un momento de silencio.
Es cierto también que cada uno percibimos el mundo de diversas formas, ya que no todos disfrutamos ni sentimos lo mismo. Pero, gracias a ellos, podemos abrir los ojos y vivir intensamente nuestra propia realidad. Hacerla nuestra.
Paula García Álvarez
Quizás a eso se llama tener "una experiencia" que tiene en la memoria su sustento. ¿Podemos percibir sin una memoria anterior?
ResponderEliminarme gusta mucho tu entrada, Paula. ¿Pero aún cerrando los ojos, estando solos, o de la manera que sea, no crees que el ambiente, la gente que nos rodea y los hechos ocurridos no nos deja disfrutar del todo ya que no tenemos libertad de pensamiento?
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