La muerte es algo muy personal. Cuando eres pequeño no eres
consciente de que te pueda afectar, pues sólo ves como gente cercana ya no está,
pero no sabes el porqué.
Vivir siendo consciente de que eres mortal debería hacernos
pensar a todos en cómo debemos vivir cada día, y es que muchas veces no le
damos importancia a muchas cosas que sí la tienen por el mero hecho de que al día
siguiente sabes que te puede volver a ocurrir, pero… ¿ y si al día siguiente ya
no estás?, ¿ y si no disfrutas cada minuto, cada segundo como si fuese el último,
y no le das importancia a las pequeñas cosas tan importantes en nuestras vidas?
Deberíamos disfrutar al máximo cada día e intentar sentirnos bien, ser felices,
ayudar a los demás y pensar que la muerte es algo que está ahí y en cualquier
momento puede llamar a tu puerta.
Mucha gente no piensa en la muerte porque siente miedo a ese
día en que tendrá que partir. La gente no suele hablar de la muerte, es más,
siempre que sale ese tema prefiere hablar de otra cosa en lugar de reflexionar
sobre algo que tiene que hacernos más humanos, pues el hecho de saber que algún
día nos vamos a morir debería servirnos para vivir mejor los años que estemos
aquí e intentar ser mejores personas.
La vida es el camino que precede a la muerte, la etapa
previa que debemos recorrer todos antes de empezar el nuevo ciclo de la muerte.
Nadie sabe que hay después de la muerte, por eso debemos
aprovechar la vida al máximo y hacer todas las cosas que nos gusten para después
estar preparados para la muerte.
En conclusión, saber que somos mortales debería servirnos
para humanizarnos y saber que somos afortunados de vivir, y para aprovechar el
regalo de la vida.
¡Qué así sea!
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