La mayoría de la gente cree en lo que puede ver, en lo que puede razonar, o lo que le dicen que es realmente cierto, sin embargo, ni nuestros sentidos son perfectos, ni existe una verdad total.
Comencemos a debatir sobre esto, en primer lugar, enfocándonos en los sentidos, las percepciones sensoriales. En primera instancia, y con un ejemplo básico, ¿cómo podemos creer en todo lo que vemos? Muchas personas tienen defectos en la vista, como la miopía o astigmatismo. Su visión del mundo no puede estar ya completamente acertada, pues una cosa que podría parecer obvia, al final no siempre será así, pues ver en un momento algo borroso, podría cambiar totalmente la situación. Y aunque nadie tuviese problemas en la vista, ¿no es el cansancio también un efecto negativo en cuanto a la percepción de tu alrededor? A causa del agotamiento podrías ver cosas que no son, o te podría "parecer ver" cuando realmente no fue así.
En cuanto al oído, a escuchar el mundo que te rodea, ¿hay alguien que alguna vez no haya pedido que le repitiesen algo, o que no se enterase de todo lo que escuchó? No simplemente por problemas auditivos, si no también por la falta de atención, o la confusión entre palabras parecidas. Ya ni siquiera haría falta recurrir a la falta de comprensión de un idioma que no tiene totalmente interiorizado, que aunque lo tenga esto no concluye que lo vaya a entender todo, pues un hispano hablante de nacimiento no va a entender siempre siempre todo de lo que le hablas.
Estos son los sentidos más salientables en los que se basa una persona para conocer el mundo que le rodea, la vista y el oído. Incluso el tacto es importante, pero mismas texturas pueden ser de distintos materiales, aunque bien pensado, el tacto es de lo que menos engaña a fin de cuentas. El olfato y el gusto por el contrario, si lo hacen, y muchas veces actúan juntos de una manera errónea. Pongamos como ejemplo que vas a la cocina a ver lo que hay de comer, pero antes de poder verlo, te tapan los ojos. Te llega un olor realmente agradable, que te gusta y te resulta familiar, y estás casi seguro de que es X comida. Sin embargo, te dan a probar, y su sabor es contrario a lo que esperabas, no es un sabor que te guste, incluso podrías detestarlo. Quizás pensabas que era alguna suculenta carne, sin embargo cuando te destapas los ojos, ves que sí, es carne, pero no la que esperabas. O incluso podrían ser verduras. O incluso el caso contrario, hueles algo que realmente te desagrada, pero lo pruebas y está realmente delicioso.
Bien, con esto queda claro que los sentidos no son perfectos, y que no siempre podremos fiarnos de ellos. Pero, ¿y si a la falta de perfección de los sentidos que tenemos, le añadimos el poder de la mente? ¿El poder de las expectativas, los supuestos, o las creencias? Algo en lo que creemos firmemente, o lo damos por supuesto, ¿cómo podría afectar eso a nuestra percepción?
Vimos ya que nuestras percepciones sensoriales de la realidad están lejos de reproducir la realidad tal como es, pero además de eso, nuestra mente mientras no puede ver con los ojos, tocar con las manos, o escuchar algo, por muy bien que le describas algo, no va a tener la imagen mental de esa "idea" que realmente es, sólo tiene una suposición, más o menos cercana, y cuanto más ahonde en esa idea, el error podría, mas bien, suele, verse incrementado, debido a crearse falsas expectativas (negativas o positivas), que al chocar con la realidad, produce diversas sensaciones, ya sean un desengaño que produce alegría al encontrarnos algo mejor de lo esperado, o incluso enfado o tristeza, al no encontrar lo buscado.
Por otra parte, las creencias, ya sea en alguna religión, en la vida extraterrestre, o en cualquier otra cosa, ya por el simple hecho de ser creencias, nos llena de expectativas y supuestos que no podremos demostrar hasta un momento exacto, o quizás nunca. Como ejemplo, tomaremos la vida después de la muerte, que abunda en tantas religiones. No podemos saber si es cierto o no pero, ¿y si alguien cree con todas sus fuerzas en que la hay y realmente es una farsa? Obviamente, tan sólo moriría, no tendría un desengaño, una decepción, ni ningún tipo de emoción, ya que estaría muerto. No obstante, habría pasado una vida en la que vivía completamente engañado, viviendo una mentira todo el tiempo. (Esto nos recuerda a Matrix)
Bien, pues así es como vemos que las expectativas, supuestos y creencias afectan en una medida colosal a nuestras percepciones sensoriales, y que, por mucho que intentemos ser lo más realistas posibles, es completamente imposible, ya que en un momento u otro nos encontramos con algún desengaño.
Pablo Vázquez Viña - 1ºBI C
A lo mejor no necesitamos sentirnos desengaños del poder que tienen los sentidos y la interpretación que realiza nuestro cerebro a partir de estos estímulos, basta con que superemos el "realismo ingenuo" de considerar que la realidad es fiel reflejo de los mismo.
ResponderEliminarTambién las ilusiones ópticas, ¿cuántas veces nos han engañado imágenes que están fijas y en las vemos en movimiento? ( ejemplo: http://www.test-de-inteligencia.es/articulos_inteligencia/juegos_logica/ilusion-optica-Akiyoshi-1024.gif ) esto nos hace ver que muchas veces (muchas) nuestros sentidos nos engañan, como ya dijo descartes en sus meditaciones metafísicas. Bonito ensayo.
ResponderEliminarPara esta cuestión se puede seguir la siguiente noticia en la que el presidente Venezuela afirmó que la cara del expresidente fallecido Hugo Chávez apareció en el túnel del metro.
ResponderEliminarhttp://internacional.elpais.com/internacional/2013/10/31/actualidad/1383211307_139019.html