“Los viejos demonios han vuelto a Europa”
Un ejemplo de buen ejercicio periodístico.
Xose Hermida. El País 31 OCT 2013
Peter Sloterdijk, ayer en Santiago de
Compostela, adonde acudió a recoger el premio Bento Spinoza. / ANDRÉS FRAGA
En el principio fue la ira. “Canta, oh diosa, la cólera del Pelida
Aquiles”, reza el verso inicial de La Ilíada, que para el filósofo
Peter Sloterdijk (Kalrsruhe, 1947) equivale a la “primera palabra de Europa”.
La ira y la indignación han sido una piedra angular del continente, y con él,
de todo el mundo occidental. El recorrido histórico por las consecuencias
políticas de esa energía humana dieron origen a un libro —Ira y tiempo,editado en España por Siruela— del más
controvertido y seguramente más influyente, tras Jürgen Habermas, de los
pensadores alemanes contemporáneos. Sloterdijk ha estado dos días en Santiago
para recibir un singular premio por esa obra. El galardón, llamado Bento Spinoza
en honor del gran filósofo de origen judío portugués, está organizado por el
instituto compostelano Rosalía de Castro, cuyos alumnos, junto a los de otros
cuatro colegios públicos gallegos, eligieron Ira y tiempo
como el mejor ensayo. “Por una vez no me ha premiado un jurado gerontocrático”, bromeaba
ayer, con una mezcla de ironía y sorpresa, el pensador alemán, que no oculta su
inquietud por el futuro de una Europa a la que “vuelven los viejos demonios,
ahora bajo la forma de nacionalismo económico”.
Muy popular en Alemania, donde es frecuente verle en televisión hablando de
casi todo —desde fútbol a cómo dejar de fumar— su capacidad para la provocación
es casi legendaria. Irrumpió de la forma más escandalosa en 1999, cuando
algunos —entre ellos el propio Habermas— vieron resucitar los fantasmas del
nazismo con su libroNormas para el parque humano que defendía las técnicas de mejora genética del homo sapiens. Hace tres años, un artículo suyo en elFrankfurter Allgemeine Zeitung, en el que arremetía
contra la “cleptocracia fiscal” de los Estados de bienestar europeos y
propugnaba sustituir los impuestos por donativos voluntarios, provocó otro
enorme incendio. Ira y tiempo contiene un furibundo
ataque contra lo que llama “izquierda fascista”, y eso le ha servido para que
desde el otro lado del espectro ideológico el filósofo comunista Slavoj Zizek
lo haya definido como “un liberal-conservador que ejerce de enfant terrible delpensamiento alemán contemporáneo”.
La izquierda, según Sloterdijk, ha funcionado históricamente como un
mecanismo de “organización política de la ira” o, para ser más precisos, como
“un banco de ira”. “La gente depositaba allí sus frustraciones y, como en un
banco, otros gestionaban ese capital para devolverle los intereses en forma de
autoestima para ellos y desprecio para sus enemigos”, explica Sloterdijk desde
su imponente estatura, mirando siempre por encima de unas pequeñas gafas y con
un cabello alborotado que corrobora esa imagen de enfant terrible, aún a sus 66 años, Él
acabó de escribir su libro en 2006 y, desde entonces, la “atmósfera ha cambiado
mucho en el mundo”, advierte. “La ira, la cólera, la indignación, han cobrado
más fuerza. Lo que pasa es que ahora no hay un banco mundial de la ira. Ese
papel lo jugó la izquierda desde el siglo XIX, pero hoy ya no es capaz de
desempeñarlo. El islamismo es únicamente un banco local de ira, sin alcance
mundial. Ahora la gente puede quedarse en casa con su cólera y meterla debajo
de la almohada o del colchón, porque ya no hay nadie que pueda sacar
rendimiento político de eso ni devolverle intereses”.
Su durísimo diagnóstico sobre las consecuencias de organizar políticamente
la ira, desde el primer anarquismo de Bakunin hasta el estalinismo o el
maoísmo, no implica que Sloterdijk desdeñe el papel que ha desempeñado la
indignación en la historia de Occidente. Y lo subraya cuando comenta el
fenómeno del 15-M en España: “Esto no es nada nuevo, aunque sí la forma cómo se
manifiesta. La República es hija de la indignación. De ella nace el primer
movimiento democrático en la antigua Roma, donde la monarquía da paso a la
República por la indignación popular contra la violación de Lucrecia por el
hijo del rey. Lo mismo vale para la Revolución Francesa. En ese sentido, los
jóvenes españoles demuestran que viven la auténtica tradición democrática”.
Pero esa energía no puede ser canalizada por fuerzas como “la izquierda
francesa, que parece una empresa del Estado, solo pendiente de los funcionarios”.
“Se necesita algo completamente diferente, un instinto más emprendedor. Y
pensar que no se puede forzar la economía. No vale con masacrar a dos
millonarios y repartir su fortuna dando 20 euros a cada persona en paro. No
creo que eso sea una solución política”.
La disputa entre el Norte y el Sur en Europa tras el estallido de la crisis
ha abierto una brecha cuyos peligros resultan muy evidentes para Sloterdijk:
“Han vuelto los antiguos demonios a Europa. Ya no se trata del viejo
nacionalismo, ahora es un nacionalismo económico venenoso. Y sin duda se debe a
los defectos en la construcción política de Europa. El euro fue sobre todo un
proyecto político, y los especialistas ya advirtieron entonces de que eso
podría llevar a una explosión. Pero los políticos siguieron adelante con lo
suyo. Y esa explosión es lo que estamos viendo ahora. Hay un retroceso en el
sentimiento transnacional”. El pensador resume la división continental entre
países partidarios de la estabilidad económica, como Alemania, y los defensores
de “políticas inflacionistas, como los Estados del Sur”. “Las diferencias
neonacionalistas vienen de mezclar la política con esos problemas técnicos. Si
no evitamos esa mezcla, Europa puede saltar por los aires”, afirma.
Un cierto sentido de la ironía impregna la obra de Sloterdijk y aflora
cuando se pregunta si de verdad Alemania desea mandar sobre Europa: “Todo esto
es un malentendido trágico. Los alemanes rezan todas las noches para no tener
que gobernar Europa. Pero qué le vamos a hacer, son grandes y fuertes, y no se
pueden esconder como cuando uno es pequeñito y se mete detrás de un árbol. El
problema no es que Alemania quiera el poder, sino que se trata de una
obligación a la que debe acostumbrarse. Pero los alemanes son muy cuidadosos y
muy respetuosos”.
Las principales obras de Sloterdijk han sido publicadas en España por la
editorial Siruela. Su primer gran libro, Crítica de
la razón cínica, salió en Alemania en 1983, y fue editado en Taurus
antes de en Siruela. Ese mismo año, la editorial publicó Normas para el parque humano, que data de 1999.
La trilogía Esferas, entre 2003 y
2006.
Ira y tiempo vio la luz por primera vez en castellano
en 2007, el mismo año que En el mundo interior del
capital, originalmente editado en alemán en 2005.
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