Hoy en día, y desde siempre, ha sido relativamente frecuente la existencia de personas que padecen síndromes o trastornos que influyen en sus herramientas de percepción del mundo. En este caso, quisiera centrarme en el Síndrome de Asperger, del que muchos hemos oído hablar y tenemos una vaga idea de en qué consiste.
Por definición, el síndrome de Asperger es un trastorno severo del desarrollo, considerado como un trastorno neuro-biológico en el cual existen desviaciones o anormalidades en distintos aspectos, como en las conexiones y habilidades sociales, o el uso del lenguaje con fines comunicativos. En la mayoría de los casos, no son capaces de percibir los sentimientos o las emociones de las otras personas, lo que influye negativamente en sus relaciones amistosas, quedándose habitualmente solos, al margen de los demás. Es decir, presentan un estilo cognitivo distinto, que normalmente hace que destaquen en su pensamiento (lógico, concreto e hiperrealista) pero que en su comportamiento social sean inadecuados. Sin embargo, contrastando con esa incapacidad para la reciprocidad social y emocional, son capaces de centrar toda su atención y sentidos en un único tema del que absorben información hasta convertirse en verdaderos expertos en la materia, como por ejemplo, en los dinosaurios. Tienen la capacidad de crear su propio mundo, en el que no necesitan a las demás personas para vivir, y simplemente importan "los dinosaurios".
La pregunta que nos hacemos muchos de nosotros es, ¿cómo es posible que sus sistemas de percepción no les permitan empatizar con los demás? ¿Cómo es posible que sean capaces de crear su propio mundo en el que "los dinosaurios" son lo único que interesa, lo único esencial para vivir? Si nos lo llevamos a nuestro terreno, podemos pensar que todos tenemos intereses o ideales que también pueden influír en nuestros sistemas de percepción. Por lo tanto, ¿podremos asegurar que la realidad de cada uno de nosotros es, en mayor o menor medida, la verdadera realidad?
En definitiva, hoy en día solemos diferenciar a las personas que tienen una visión del mundo un tanto distinta, no obstante nadie debería afirmar que las personas con Síndrome de Asperger no "viven la verdadera realidad", pues no podemos asegurar que la nuestra sea también la verdadera. ¿Dónde está el límite entre la realidad común y la realidad particular?
Iria Esperón Abril
1º BI-C
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