El ser humano, así como todos los seres que tengan características similares a las nuestras, se entiende como un cuerpo controlado por un cerebro. Esto crea una separación casi dualista entre dos partes opuestas que conformarían el ser humano: mente y materia. Pero, ¿son dos conceptos que se puedan separar?
Si se analiza el asunto de una forma superficial, llegamos a la conclusión de que el cerebro y el cuerpo deben interactuar, pero parecen pertenecer a mundos distintos: mientras que el cuerpo se limita a captar estímulos físicos (imágenes, sonidos, sensaciones), es el cerebro el que se dedica a interpretar todos esos estímulos y a elaborar respuestas, e incluso es ahí donde se almacena todo lo intangible: sentimientos, pensamientos, nuestra propia conciencia. Visto así, podríamos llegar a asegurar que el cuerpo es solo un medio y que es el cerebro por sí solo la esencia y conciencia del ser humano.
Esta teoría nos lleva a pensar que podríamos ser cerebros metidos en una cubetas, recibiendo estímulos externos generados por una máquina e interactuando con más cerebros en cubetas. Pero, ¿acaso es esta una visión realista del ser humano? ¿Un cerebro, una mente, carente de cuerpo o materia?
El problema reside, como en la mayor parte de las cuestiones filosóficas, en la pregunta de siempre: ¿qué es el ser humano? ¿Es el ser humano quien es por poseer un cerebro o es necesario un cerebro y un cuerpo? Y, lo más importante, ¿se podría entender en ser humano como un cerebro carente de cuerpo? Los filósofos y neurólogos parecen haber llegado a una especie de consenso en este punto: no, el ser humano no se puede entender como un cerebro y nada más. Necesitamos la interacción con el entorno que nos proporciona nuestro cuerpo. Y si hay una manera de definir algo es por aquello que podemos ver a simple vista, y a simple vista lo que vemos es un cuerpo controlado por un cerebro, entre los que existe una fuerte correlación.
En definitiva, no podemos concebir al ser humano, tal y como lo entendemos en la actualidad, como un cerebro o un cuerpo, sino como un cerebro y un cuerpo.
Malva Freire Regueira
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