lunes, 17 de marzo de 2014

La alegría se encuentra en el fondo de todas las cosas pero a cada uno le corresponde extraerla. Marco Aurelio


      Un día como hoy en el año 180 murió el emperador romano de origen hispano, Marco Aurelio Antonino Augusto, representado en esta estatua ecuestre, todo un símbolo en la ciudad de Roma. Se le apodó el filósofo porque se unió a los principios de la filosofía de tradición estoica y se esforzó en vivir en coherencia con esta doctrina, por eso fue considerado un filósofo, a pesar de no haber publicado nada durante su vida, aunque alguno de vosotros haya visto en alguna biblioteca o librería las Meditaciones de Marco Aurelio.  Esta obra es el resultado de los apuntes personales que tomó en los últimos diez años de su vida -mientras estaba de conquista por los distintos confines del Imperio- para no olvidarse de las máximas que debía aplicar en su vida diaria con el fin de ser cada día mejor persona.

Este cuaderno representa una forma de actividad filosófica -que os recomiendo-  pues constituye un ejercicio espiritual sobre cómo vivir bien, y una reflexión personal sobre cómo debemos reaccionar ante el infortunio. Constituye pues un entrenamiento del propio carácter y nos acerca a la filosofía como un saber que implica un compromiso personal con la vida.

¿Cuántas veces ante situaciones difíciles buscamos la ayuda de algún psicoterapeuta o de fármacos que alivien nuestra ansiedad ante emociones negativas?La filosofía tradicionalmente, para griegos y romanos, tenía ese sentido de “medicina del alma” que curaba las enfermedades del espíritu.
 Todo lo contrario que la visión que tenemos actualmente de la filosofía como una disciplina teórica de carácter abstracto muy alejada de los intereses de la vida. 
Este recordatorio es para no olvidar que la filosofía es fundamentalmente un "arte de vivir".

Ver enlace de las Meditaciones de Marco Aurelio


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