lunes, 3 de marzo de 2014

Razones para la memoria

El otro día vimos en el instituto el documental "A pegada dos avós" donde se recogía el testimonio de los que más sufrieron la Guerra Civil, las personas. Personas concretas, con nombres y apellidos. Es por esto que creo que la memoria histórica debe referirse a todo lo que pasó, con independencia del bando que ocupe cada uno. El documental me recordó una visita que hice a la exposición la Topografía del Terror, en Berlín. Es un espacio compuesto únicamente por fotografías y fotocopias de documentos que recuerdan el horror nazi: fotografías de ejecuciones, detenciones, palizas, documentos de clasificación de las personas según su ideología, religión, orientación sexual... Visité también un campo de concentración en el que me encontré con un grupo de escolares alemanes que llevaban sus libretas, en las que escribían sus reflexiones sobre lo que veían.
Creo que éstos son ejemplos de  memoria histórica.
Pienso que la memoria histórica no sólo es recuerdo, es una forma de evitar que algo como lo que pasó pueda repetirse, ya sea la Guerra Civil española, la Alemania nazi...
La memoria histórica también es dignidad. Dignidad de todos aquellos que sufrieron, que fueron víctimas de cualquier bando, que no tuvieron voz, y de los que por ser un número nadie parece acordarse. 
La memoria histórica también es justicia. Justicia para todos aquellos que quedan olvidados tras los números.
La memoria histórica también es testimonio. Testimonio de lo ocurrido, y testimonio de lo que no puede volver a suceder. 
La memoria histórica también es vergüenza. Vergüenza porque nos deja ver lo peor de nosotros, pero que evita que volvamos a hacerlo en el futuro.
La memoria histórica no es venganza. Sirve para identificar a los verdugos, concretándolos, y evita así la generalización, o el odio hacia una comunidad entera, pueblo, ideología... El nazismo no es Alemania, ni los hijos de los verdugos son culpables.


Ana Santorum Martínez, 1ºBI L.

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