Ese pleno parecía un patio de colegio con niños pequeños hablando cada uno de una cosa, sin respetar el turno de palabra, sin mirarse a la cara al exponer el tema que el otro le tenía que debatir, además de gritar e increpar lo que el adversario decía, vamos, como si la sala fuese un estadio de fútbol, el pleno un partido y los diferentes políticos jugadores cuya misión es meterle un gol al rival.
Asistimos pues, a un acto en el que los políticos se dirigían unos a otros con palabras vacías, intentando quedar bien de cara al público y sabiendo que dijesen lo que dijesen unos iban a abuchear y otros a aplaudir automáticamente.
Ahora solo cabe preguntarnos el porqué de este funcionamiento de nuestra política, puesto que los ciudadanos también deberíamos poder participar, y es que si los parlamentarios están ahí es porque los ciudadanos los votaron.
Es importante destacar que la gente debería poder participar porque en nuestra visita al Parlamento, mientras unos aplaudían o abucheaban porque sí, nosotros teníamos que permanecer en silencio, sin gesticular, aunque no estuviésemos de acuerdo; por eso es importante dejar que nos manifestemos, porque a nosotros también nos influyen las decisiones que ellos toman, así que también nosotros deberíamos poder abuchear y aplaudir a aquello con lo que difiramos o con aquello con lo que estemos de acuerdo, porque solo así esta situación cambiará y todos podremos sentirnos un poco mejor al ver que cuentan con nuestra opinión para salir adelante.
Mónica Rodeiro
1º BI L
Asistimos pues, a un acto en el que los políticos se dirigían unos a otros con palabras vacías, intentando quedar bien de cara al público y sabiendo que dijesen lo que dijesen unos iban a abuchear y otros a aplaudir automáticamente.
Ahora solo cabe preguntarnos el porqué de este funcionamiento de nuestra política, puesto que los ciudadanos también deberíamos poder participar, y es que si los parlamentarios están ahí es porque los ciudadanos los votaron.
Es importante destacar que la gente debería poder participar porque en nuestra visita al Parlamento, mientras unos aplaudían o abucheaban porque sí, nosotros teníamos que permanecer en silencio, sin gesticular, aunque no estuviésemos de acuerdo; por eso es importante dejar que nos manifestemos, porque a nosotros también nos influyen las decisiones que ellos toman, así que también nosotros deberíamos poder abuchear y aplaudir a aquello con lo que difiramos o con aquello con lo que estemos de acuerdo, porque solo así esta situación cambiará y todos podremos sentirnos un poco mejor al ver que cuentan con nuestra opinión para salir adelante.
Mónica Rodeiro
1º BI L
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