jueves, 3 de abril de 2014

El valor de lo "gratis".

   ¿Alguien se ha preguntado cuánto dinero puede llegar a cobrar un "uploader"? Para los que no les resulte familiar esta palabra, un uploader es una persona que se dedica a subir archivos multimedia robados a internet. Y sí, he dicho robados. Todos sabemos casos de conocidos o por experiencia propia de robos en casas o un tirón del bolso por la calle. A la población nos escandalizan estos hechos porque al fin y al cabo nos están quitando algo nuestro que nos ha costado dinero y trabajo, y que por lo tanto nos perjudica.
   Hoy en día, la mayoría de los navegantes de la red estamos muy familiarizados con las páginas de películas o con los programas de descarga de música, y no sentimos ningún reparo al utilizarlos. El hecho es que a simple vista parece algo totalmente lógico no? Si puedes ver gratis una película, desde casa y con solo un click, por qué iba a ir al cine pagando transporte y servicio? Pocas son las personas realmente conscientes de que lo que realmente hay detrás de todo esto es, nada más y nada menos, el dinero. ¿A nadie le sorprende que cuando queremos ver una serie online, al acceder a estas páginas aparecen automáticamente otras tres o cuatro ventanas de anuncios? El hecho, es que un uploader gana entre dos mil y tres mil euros al mes a costa del trabajo de los demás, y puede causar en pocos años un perjuicio de cinco millones de euros a un único sector.
   ¿Sabías que fotocopiar un libro es un delito? Mucha gente sí, pero otra no. No es extraño encontrarnos con empresas que realizan fotocopias que acceden a darte este servicio, o los bares que venden alcohol y tabaco a menores.
   El gran problema es que la gran mayoría dejamos este asunto a un lado, ya que aunque sabemos lo que sería más ético, por lo general se benefician tanto el que delinque como el que hace uso de él.
   Con este artículo no culpo a nadie, simplemente doy un motivo para reflexionar sobre los daños que se producen cuando no pensamos en las consecuencias. Aun así, no se ve una reacción de innovación y adaptación por parte de las partes que se están viendo perjudicadas, por lo que no se nos aporta una alternativa mejor.
   ¿Podemos afirmar que nuestros actos son buenos o son malos? A menudo solemos recurrir a las normas sociales, a lo que nuestra cultura o nuestra religión nos indica, o a lo que nuestra familia piensa. Sin embargo, las normas sociales entran a veces en conflicto, y en muchos casos, el desempate se produce gracias al beneficio propio, y es entonces cuando la opción "buena" se suele quedar a un lado.
   

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