Hace
poco estuvimos de visita en el parlamento de Galicia y acudido a un pleno que
ahí se realizaba. Todos salimos de allí con una ideas muy claras de nuestros
dirigentes políticos y de a lo que se dedican.
Podríamos
llamar a este sitio parlamento o simplemente guardería para adultos, ya que la
presidenta se limitaba a mandar callar a aquellos que no tenían la palabra.
Pero, lejos de esto, los políticos se dedicaban a “insultarse” unos a otros con
un lenguaje más o menos formal y la única contestación que se daba en todas las
respuestas se podría resumir fácilmente en “tu mas”. Las respuestas y las
preguntas realizadas tenían tal cantidad de adornos que se perdía la idea
principal, por no decir que las ideas se tergiversaban hasta tal punto que ni
siquiera se contestaban, se iban por las ramas y respondían a lo que ellos
querían.
Viendo
todo esto, no me extraña que a los jóvenes españoles no nos interese la
política, ya que ese lenguaje tan elaborado no es fácil de entender, pero
cuando lo analizas, te das cuenta de que en realidad no están diciendo nada.
Todo es una campaña electoral continua y se aplauden o se abuchean cuando ellos
lo creen conveniente. Se suponen que deberían trabajar para los ciudadanos,
pero, lo que hacen es trabajar para ellos mismos, sin importarles que detrás de
las cifras del paro hay personas y no números. Trabajan para ellos mismos, para
los partidos, pero lo disimulan demasiado bien, ya que nos alimentan con
palabras huecas que nos dan esperanza, cuando en realidad, lo único que nos dan
son recortes.
Sara
Maneiro 1ºBI L
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