domingo, 8 de junio de 2014

Nuestro presente «orwelliano»


Asomada a la actualidad que los medios de comunicación nos construyen día a día, no puedo por menos que pensar que nuestro presente, al igual que el pasado siglo XX, sigue siendo «orwelliano»[i].

Leo con preocupación, y porque no decirlo, cierto sonrojo, que en Argentina[ii] se ha creado el puesto de secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional. 
Al frente de tan “pomposo” cargo está el filósofo, afín al kirchnerismo, Ricardo Forster.
 Se pretende al parecer diseñar el pensamiento nacional según los intereses de la ideología del gobierno; es decir, se trata de imponer desde el poder la forma en que deben mirar el mundo sus ciudadanos o súbditos, ya que se les niega el derecho fundamental de pensar por sí mismos. Esto es precisamente lo que hacen los totalitarismos: elegir una mirada e implantarla.


Otro acontecimiento «orwelliano» ha sido la supresión de las imágenes, testimonios e incluso el propio año 1989 de la principal Enciclopedia de China, por obra y gracia de los líderes “comunistas”, preocupados, 25 años después de la matanza de civiles en la plaza de Tiananmen[iii], por la posibilidad de que se conmemore, lo que la inmensa mayoría de los jóvenes ignora en la actualidad, la existencia de las protestas sociales para abrir vías de democratización en el país en dicho año que culminaron en una represión cruenta que ocasionó un gran número de víctimas.

En esta instrumentalización del pasado que vivimos día a día en nuestro país,  a propósito de las ideologías nacionalistas que gobiernan interpretando la historia según sus intereses de poder, recordamos la caracterización que hacia Georges Orwell de los nacionalistas como esa indiferencia a la realidad que les lleva a interpretarla según sus intereses hasta el punto de convertirse en una obsesión pues « en la medida de lo posible, ningún nacionalista piensa, habla o escribe jamás sobre nada que no sea la superioridad de su propia unidad de poder. Es difícil, si no imposible, para cualquier nacionalista ocultar su fidelidad (…) El discreto elogio de una organización rival le llena de una ansiedad que solo puede aliviar mediante una áspera réplica»[iv] ¿Nos recuerda a algo?

Otra caracterización «orwelliana» de nuestra sociedad es la omnipresente distracción de lo importante frente a lo anecdótico. Pensemos en el Mundial de fútbol y la continua propaganda en los medios con la “Roja,” o todas las noticias que tienen que ver con los distintos equipos, de cuyos jugadores, conocemos sus novias, sus aficiones, sus dolencias, pero no sus verdaderos salarios ni donde lo tributan. En fin, que somos capaces de llorar porque desciende nuestro equipo de fútbol de división pero no lamentamos, en igual medida, los recortes en Sanidad y Educación, pongamos por caso.


Hay muchos más ejemplos pero es probable que tú quieras coger el testigo y continuar esta propuesta.


[i] Como ya sabéis este adjetivo se utiliza habitualmente para referirse a la sociedad ficticia e indeseable (distópica) que caracteriza la ideología del universo totalitarista reflejado magistralmente en sus novelas y escritos por el escritor y periodista británico Eric Arthur Blair que conocemos bajo el seudónimo de Georges Orwell (1903-1950).

[iii] El régimen chino fuerza la amnesia sobre Tiananmen
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/06/03/actualidad/1401776160_306349.html
[iv] http://dolcacatalunya.com/2014/02/05/orwell-disecciona-el-nacionalismo/

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