domingo, 28 de septiembre de 2014

¿Acaso sabemos?

Emociones que nos construyen. ¿Podemos ser realmente objetivos? ¿Dónde está la frontera entre lo que realmente es y aquello que nosotros queremos que sea? Forjamos una realidad a partir de nuestras experiencias, en base a lo que somos y sobre lo que queremos ser. No podríamos pensar en "vida" dejando a un lado nuestros sentimientos pero, ¿cómo en realidad estos pueden coaccionar nuestros actos? 
Dicen que la vida está formada por una cadena de decisiones. Si cada uno de nosotros somos capaces de crear una realidad propia con elementos en común con las del resto de personas pero, al fin y al cabo, matizadas por nuestro subjetivo "yo"; no podemos considerarnos conocedores absolutos de ninguna circunstancia o afirmación. 
Debemos tener en cuenta, por tanto, nuestra responsabilidad de cara a nuestras decisiones; no solo en la medida en la que ellas afectan a nuestra "vida en construcción", sino en cómo ellas podrían repercutir sobre las realidades de los demás. 
Dichas emociones no actúan solas. Siempre en un determinado campo sociocultural, se combinan con los efectos de la razón (cuya interacción aporta el equilibrio necesario), y aquello que recibimos mediante nuestros sentidos (factor biológico, esa capacidad de relacionarnos con el medio, pero con bastantes puertas que dejan escapar un margen de oscilación en el que las emociones vuelven a tomar las riendas: ¿vemos a veces lo que queremos ver? Una vez más, subjetividad.). Finalmente enmarcamos esto con nuestra principal herramienta transmisora, fruto de la necesidad de comunicarnos, construyendo así una comunidad: el lenguaje. "Dime cómo hablas y te diré quién eres";sin duda, el lenguaje canaliza el producto de la interacción de todos los factores anteriores. 
Por consiguiente, ¿cómo sabemos lo que sabemos? No lo sabemos, creemos saberlo, sabemos lo que creemos saber. Y desde ahí se construye la realidad, la de todos, la nuestra.

Aida Carril Barcia 1ºBI-C

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