domingo, 28 de septiembre de 2014

¿Es posible tener un pensamiento objetivo?

Con frecuencia nos preguntamos sobre las realidades, o lo que consideramos que lo son. Muchas veces ignoramos afirmaciones populares o mayoritarias sólo por el simple pensamiento “Si la mayoría piensa eso por algo será”. Nadie se para a pensar cosas que consideramos, o más bien, la sociedad considera “obvias”. Pero…¿realmente hay algo evidente?
La película 12 hombres sin piedad refleja perfectamente este comportamiento. Todo parece evidente, obvio, indiscutible…hasta que alguien se para a pensarlo. Pensar las cosas que sabemos con seguridad y establecer el ámbito de la duda razonable. Crear una distancia entre las ideas y valores que tenemos. Distanciarnos de lo que creemos saber para poder cuestionarlo. Todo esto que parece muy fácil, pero que en la práctica, tomando de ejemplo la película, sólo una persona es capaz de hacer primeramente.
A menudo nos agarran las emociones, los prejuicios, las vivencias personales…, y todo lo que va ligado a ellas es difícil cambiarlo. Condiciona nuestra observación y comprensión del mundo. Nos cuesta mucho cambiar de opinión en algo en lo que nos sentimos identificados, o entender a alguien cuya postura es contraria a la nuestra. Esto es representado perfectamente por el personaje cuyo hijo le abandonó, incapaz de aprender y conocer realmente por culpa de sus experiencias pasadas.
En mi opinión, la emoción no debería jugar un papel en la evolución de las afirmaciones del conocimiento, ya que de esta manera tenemos una actitud diferente de ver las cosas, más objetiva y precisa, y es más fácil comprender otros puntos de vista u otras opciones.
Por otra parte, el diálogo también juega un papel muy importante en la justicia: una opinión es sólo una opinión y nunca descansa la verdad. Es la mejor manera de intercambiar experiencias y opiniones, valiéndonos del argumento y el contra-argumento. Esto se refleja muy bien en la película, cuando, gracias al único voto a favor de la inocencia del joven, se establece un diálogo entre los personajes en el que cada uno argumenta sobre su opinión, se escuchan, y, al final, gracias a la comprensión llegaron a un acuerdo.

En conclusión, nuestra opinión sobre el mundo tiene unas consecuencias, y somos responsables de analizar nuestros propios planteamientos, conocer nuestros prejuicios, emociones e intereses, y poder desvincularse de ellos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario