lunes, 29 de septiembre de 2014

Opiniones basadas en sentimientos

La película 12 hombres sin piedad presenta la duda razonable de, ¿hasta qué punto puedo estar seguro de que sé lo que sé? Esta es una pregunta de difícil repuesta, dado que todo lo que nuestros sentidos perciben lo asumimos como la realidad. Además, somos seres con sentimientos y pensamientos particulares, lo que provoca una cierta inclinación a anteponer una opinión a otra por el mero hecho de poseer nuestras propias ideas preconcebidas. A veces, obviamos o quitamos valor a las pruebas, no solo a las concluyentes que pueden significar cambiar por completo, sino a las que simplemente nos hacen dudar sobre la veracidad de nuestro parecer.

En la película, los indicios y testimonios parecían apuntar a que el joven acusado de asesinar a su padre era, sin ninguna duda, culpable. Once de los 12 presentes en el jurado pensaban precisamente eso, pero ese 12º jurado tenía una ligera duda con lo que, siendo valiente y sin permitirse sucumbir a la presión de grupo, se opuso a la opinión general.

A raíz de ver esta situación en la que el jurado se mostraba tan reticente a cambiar de opinión, siendo los hechos discutidos gracias a ese 12º jurado evidencias irrefutables de que el joven era inocente, llegué a la conclusión de que nuestros pareceres son mucho más determinantes a la hora de tomar una decisión de lo que creía, aunque sea sin implicaciones sentimentales directas, siempre tendemos a relacionar un hecho con nuestras vivencias.

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