El ser humano es muy vulnerable e
impresionable. La primera impresión cuenta mucho a la hora de ver las cosas o las personas. Cuando conocemos a alguien, muchas veces nos pasa desapercibida,
es decir, no nos hace sentir nada ni bueno ni malo, otras veces nos transmite sensaciones
positivas o negativas, sin ningún motivo aparente, pero la manera de mirar, de
sonreír, o de vestir ya pueden condicionar nuestra apreciación. Eso hace que
tengamos un juicio hecho antes de conocer o saber cómo es, y cambiar este
parecer no es fácil.
Si vamos por la calle, va a ser
más fácil que cambiemos de acera si nos cruzamos a una persona mal vestida o
con malas pintas, que si nos cruzamos con una persona vestida con traje,
estamos actuando prejuzgando a las personas por su manera de vestir.
Las emociones pueden dar lugar a
equivocaciones, por ejemplo, una persona que ha pasado por situaciones familiares
difíciles, como podría ser el abandono de tu propio hijo con una edad temprana,
si esta persona va de jurado popular va a estar ligado a sus sentimientos en concreto a sus
vivencias personales. De entrada va a ir con unos sentimientos negativos hacia
el acusado pensando que es culpable, no será imparcial. Tendrá que intentar
olvidarse de sus sentimientos. Otras personas pueden intentar razonar y
argumentar, que no está viendo las cosas de un modo objetivo.
¿Cómo se podría cambiar esto?
Creo que es imposible, el ser humano es así, podemos intentar cambiar
individualmente nuestra manera de ver las cosas, intentar ser más objetivos
cuando estamos ante una situación nueva, pero solo lo conseguiremos algunas
veces, cuando seamos capaces de controlar nuestras mentes y partir de cero en
nuestros pensamientos.
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