miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Cultura de la violencia?

Demasiadas cosas están ocurriendo con un impacto inimaginable en nuestra calidad de vida presente y futura. Me refiero al deterioro del medio cultural del que se rodea la infancia: no solamente a la cantidad de horas que los más jóvenes pasan junto al televisor sino al contenido de los videojuegos y programas actuales, en los cuales destaca una clara, llamativa y peligrosa promoción al consumismo, individualismo, narcisismo y egocentrismo.

Valores que, debido al gran grado de exposición a estos medios audiovisuales y a la indefensión de los más pequeños, se transmiten de forma alarmante. Se sustituye así, una visión solidaria, amable y colectiva de la sociedad por un claro y desmesurado énfasis en la fuerza, en el éxito individual, en la competitividad, en el yo y en la consecución inmediata de lo deseado.

Para finalizar y como reflexión para usted, lector, le planteo dos cuestiones: ¿Es está la sociedad de la que quiere rodearse? Si esto no es así, ¿qué puede hacer para cambiarlo?

3 comentarios:

  1. En ese caso, ¿podemos echarle la culpa de ese impacto a los medios de comunicación? Es decir, ¿esos rasgos de individualismo e egocentrismo son creados por la difusión de imágenes (las cuales, en teoría, limitan su significado), o simplemente residen en nosotros y se proyectan en los medios audiovisuales? Estos, sin duda, surgen como producto de la demanda social, en otras palabras: "nos muestran lo que queremos ver" y, en parte, lo que somos. Quizá la instauración de estos aspectos degradantes en la sociedad surga como algo más que una exposición que hace el mundo audiovisual.
    No hace mucho, me sorprendió la mención que una reportera de televisión hacía de las limitaciones que la ley establece en cuanto a la difusión de imágenes "tóxicas": están restringidas las grabaciones en las que aparecen individuos fumando en establecimientos públicos, aunque estas sean grabadas en otros países donde la ley antitabaco no se encuentre en vigor. Aparentemente, el propósito de estas vetas es impedir el estímulo que la audiencia pudiera sufrir mediante el contacto visual con situaciones en las que la acción se lleva a cabo. Pero, ¿de algo sirve esto? ¿Se genera conocimiento "cerrando los ojos"? ¿Cómo podemos distinguir entre lo que nos conviene y lo que no sin ver y valorar ambas partes? Tal vez el problema esté en la forma de afrontar el mundo,¿cómo el desconocimiento de lo que nos rodea puede constituir un medio de "supervivencia"?

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  2. Creo que confundes el término "individualismo". El pensador Stuart Mill en su obra "Sobre la libertad", defiende el individualismo con una premisa simple: no podemos permitir que la identidad personal, la originalidad o una opinión diferente se pierda en la masa. El individuo es importante, es importante tener una serie de derechos, y fundamentar esos derechos con el cumplimiento de una serie de deberes. Dejar que el individuo se diluya en las opiniones y los códigos de conducta de la mayoría solo significa una pérdida absoluta de la posibilidad de avanzar, de crecer como sociedad. Si bien estoy completamente de acuerdo con el resto del contenido de tu entrada, solo quería señalar este pequeño punto.

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  3. Tienes razón, el término individualismo está mal empleado. Sin duda la identidad personal es algo fundamental y a lo que no podemos renunciar, necesario para la buena convivencia e imprescindible diversidad. A lo que quería aludir era al énfasis que se pone en nuestros días al egoísmo y egocentrismo.

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