Ciertos filósofos, como Platón, se plantearon a lo largo de su existencia
si el mundo que habitamos es real o ficticio. A través del mito de la caverna Platón
nos planteaba si estamos viviendo en un mundo irreal , sin dudar en ningún
momento que no es la verdad, bien porque nuestras mentes son incapaces de abarcar que
vivimos una mentira o bien porque estamos más cómodos viviendo en la ignorancia
mientras tengamos todas las comodidades posibles o podamos aspirar a ellas.
Pero, realmente, ¿qué es lo verdadero y qué no los es?, ¿cómo podemos saber si el mundo en el que
vivimos es real o tan sólo una ilusión? En mi opinión, estas dos cuestiones son muy difíciles
de responder, porque pese a que es posible que todo sea una gran mentira, de
ser así, sería la ilusión en la que nosotros vivimos nuestras vidas y, en cierto
modo, ¿no la convierte eso en real?, ¿cómo puede saber, con total certitud, una
persona o un grupo de personas que existe un mundo más allá del que podemos ver,
si no ha podido acceder a él?
Sinceramente no creo que sea posible contestar a
estas preguntas estando totalmente seguros de lo que decimos, porque hasta el
momento no podemos aportar pruebas científicas
que demuestren que existe un mundo más allá del nuestro en el que se encuentran
todas nuestras almas. Sin esas pruebas, lo único que podemos aportar son
teorías, que algunos aceptarán y otros rechazarán asegurándonos que estamos
locos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario