La mayor parte de los seres humanos pensamos que vivimos en la realidad, que tenemos libertad y capacidad de decisión. Desechamos la idea de que estemos permanente controlados por alguien ajeno a nosotros. No sabemos los porqués que nos llevan a desechar esta idea. En mi opinión es por miedo, miedo a descubrir la verdad y, a lo mejor, llegar a la conclusión de que estamos permanentemente vigilados y que no tenemos ningún control sobre nuestra vida. Como respuesta a este problema han surgido diversas teorías, entre ellas la elaborada por Jonathan Dancy en la Introducción a la Epistemología Contemporánea:
"Usted no sabe que no es un cerebro, suspendido en una cubeta llena de líquido en un laboratorio, y conectada a un computador que lo alimenta con sus experiencias actuales bajo el control de algún ingenioso científico técnico (benévolo o maligno, de acuerdo a su gusto). Puesto que, si usted fuera un cerebro así, asumiendo que el científico es exitoso, nada dentro de sus experiencias podría revelar que usted lo es; ya que sus experiencias son, según la hipótesis, idénticas con las de algo que no es un cerebro en la cubeta. Como usted sólo tiene sus propias experiencias para saberlo, y esas experiencias son las mismas en cualquier situación, nada podría mostrarle cuál de las dos situaciones es la real". Tras leer esta reflexión de uno de los grandes epistemólogos, ¿Cómo podemos estar seguros de lo que es real y lo que no lo es? La respuesta es sencilla, nunca lo sabrás. Nunca sabrás si eres tú el que lleva el timón de tu vida o si en realidad hay una mano invisible que te gobierna y te hace creer que eres feliz.
“Nunca lo sabrás” La fuerza del escepticismo (o del argumento escéptico del cerebro en la cubeta) es que nos priva de la certeza, lo cual no es poco pues constituye una aspiración del ser humano, a no ser que el sistema que presuntamente nos gobierna Matrix) llegue a hacerse con tanto poder que “los humanos libres empiecen a menospreciar la importancia de vivir según una mezcla personal de ilusiones y realidades” leer Por si acaso, desconfíe de Matrix
ResponderEliminarPodríamos decir que aun el caso de que aceptar la imposibilidad de saber con certeza, deberíamos aceptar que nuestras creencias son nuestras por la forma en que las aceptamos y obran en nosotros sus consecuencias. Aun considerando su falsedad total, tendríamos que querer poder distinguir entre las que son adecuadas de las inadecuadas, conforme a criterios de certeza consensuados. El que no podamos salir de la cubeta o del sistema (Matrix) para comprobar su adecuación con una posible “realidad más real”, no nos exime de responsabilidad para justificar el porqué creemos lo que creemos.
El problema de la justificación se convierte así no solo es un problema central en la epistemología sino también es un problema moral y político de primera magnitud.
Ya que se plantea el si estamos controlados o no, si llegásemos a descubrir que no actuamos por nosotros mismos, ¿de qué forma cambiaría esto nuestra vida? ¿Podríamos acaso poder despertarnos como hacen en Matrix al tomar la pastillita roja? Y en caso de poder, ¿Tendríamos la certeza de poder controlar nuestra vida después con tal facilidad como Neo?
ResponderEliminarNo, nunca sabrás si estás controlado. Tú en este mismo momento puedes estar siendo controlada y vigilada, pero aunque no lo puedas averiguar es ahí cuando se plantea la duda razonable, no puedes demostrar que no tienes capacidad de decisión pero tampoco puedes decir lo contrario
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