jueves, 27 de noviembre de 2014

Necesidad de orientarse



Se expresa como puede; en ocasiones se lamenta por no poder manifestar sus sentimientos como ella quisiera, provocando en sí misma un estado de frustración permanente. Vive en un mundo con seres supuestamente como ella, que la tocan y gesticula, pero todo lo que ve con sus propios ojos es negro, oscuro, vacío. Puede que el hecho de no ver no sea significante para ella, ya que ¿cómo sabe siquiera que existe el sentido de la vista? No conoce otro estado que no sea el vacío del ver y de oír. Vive encerrada en su mundo oscuro que depende del contacto con esos seres y objetos, que si no existieran, ¿para qué vivir entonces?

Cuando Anna Sullivan le enseña el lenguaje de los signos, mediante la reproducción de letras utilizando las manos, crea en ella una ilusión que ella muestra interesándose en imitar y repetir lo que otra persona como ella intenta comunicar. Antes de conocer este lenguaje, mostraba sus deseos con gestos “salvajes”, pidiendo simplemente sus necesidades básicas. ¿Pero cómo expresar una desorientación en su propio mundo? Podemos decir, por tanto, que el lenguaje es imprescindible para el ser humano. Necesita ese contacto social con otros iguales a él. Y más aún cuando ni siquiera sabe qué es lo que le falta y cómo conseguirlo.

Además, el lenguaje no es algo innato, se aprende gracias a otro como tú que ya ha aprendido de otro como ellos y así sucesivamente. También, este lenguaje evoluciona a medida que te vuelves más consciente de quien eres, de lo que haces y de lo que necesitas y quieres. Por lo tanto, podemos decir que para el ser humano es necesaria esta capacidad de comunicarse entre otros iguales a él y, por qué no, con seres distintos, que aunque no compartan nuestro mismo lenguaje, siempre se puede aspirar a un entendimiento mutuo.

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