lunes, 17 de noviembre de 2014

shhh…parémonos a pensar

Decía Aranguren que a la hora de actuar, no debemos ni ser sumisos por serlo ni tampoco ser rebeldes porque sí. Solemos identificar como pusilánimes y de poco carácter a aquellas personas más conservadoras (en el sentido más estricto de la palabra). Pero lo cierto es que, si la persona decide someterse a los "dogmas" más generalizados (por ejemplo, ser cristiano) de una forma meditada, el dogma ya no sería tal, y pasaría a ser una decisión humana del individuo, que ejerce como tal su libertad y responsabilidad, ya que no ha habido "sometimiento por sometimiento".

Lo que me lleva a tratar este tema es la discusión de moda entre los partidos políticos españoles: si se debe cambiar o no la Constitución. Llama la atención que se hable de "cambiarla" sin más, sin hablar de artículos concretos, fines de los cambios…en definitiva, no se está planteando qué es aquello que se considera incorrecto del texto de 1978. Es un "cambiar por cambiar" una rebeldía porque sí, algo tan irracional como lo sería someterse a una constitución que fuera verdaderamente disparatada y patética por la simple razón de…pues eso, de que es la Constitución.

El proceso es el contrario, primero se piensa, después se decide. El valor de la acción no reside en la acción en sí, es cosa del porqué, debe reinar un sistema de actuación racional y humano.



Antonio Álvarez García 2 BI


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