Como seres humanos,
nos vemos obligados a responder a una serie de necesidades e instintos.
¿Se encuentra entre ellas la curiosidad, la necesidad de saber?
Desde hace miles de
años los humanos han recurrido a la imaginación y a la creación (como por
ejemplo las leyendas) para comprender aquello que nos rodea, aquellos sucesos
que nos inquietan y siembran en nosotros el deseo incontrolable de descubrir y
averiguar el porqué de las cosas. Un claro ejemplo de lo anterior son las
constantes preguntas que se realizan los niños.
Ahora bien, ¿podríamos
rehuir este instinto y vivir ignorando DELIBERADAMENTE ciertos asuntos que no
nos agradan o preferimos desconocer?
Y más importante, ¿poseería
esa vida algún sentido?
Si asumimos que ‘’esta
necesidad de saber’’ pertenece a la naturaleza del ser humano, entonces sería
ilógico argumentar a favor de la posibilidad del ‘’autoengaño’’ ya que se
estaría quebrantando una de las características propias del ser humano y esto
llevaría a replantearse si la ausencia de una de estas características (en este caso, de la curiosidad) implica dejar de ser humano. ¿Lo implica?
Para finalizar y como
conclusión me gustaría añadir una imágenes de la recomendable película ‘’Hacia
rutas salvajes’’ en la que se aborda esta cuestión:
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