En este caso, el avance no es algo negativo, sino que se muestra como algo relativamente positivo. Aunque no podemos olvidar que, al dejar toda nuestra vida en manos de la inteligencia artificial, el espacio que queda para el libre albedrío es bastante reducido. Un libre albedrío que determina de cuánta libertad gozamos, es decir, cuánto de libres somos. En este sentido, el impacto que tendrían estos algoritmos sería bastante negativo, porque si se minimiza el libre albedrío, lo hace a su vez la libertad. Hay que recordar que la democracia se basa en la libertad de la que gozan sus ciudadanos: cuanta más libertad mejor. Por lo tanto, esa sociedad se haría cada vez menos democrática. Con ello, el libre albedrío se reduciría, sin intención alguna, pues en la serie se deja el control en manos de las máquinas para ganar comodidad. Sin embargo, el resultado no es positivo, ni mucho menos.
Así, se presenta la pregunta siguiente: ¿de verdad queremos confiar en las tecnologías hasta ese nivel, sin importar las consecuencias que eso podría tener?
Marta Basante 1ºA
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