sábado, 17 de marzo de 2018


                                                           ¿Responsables o no?
El domingo pasado, físicamente estaba en el salón de mi casa, pero mi mente no estaba ahí conmigo, sino que se encontraba en Siria, específicamente en Raqqa, una ciudad situada al norte del país, que hasta este mismo año, fue capital del autodenominado Estado Islámico.
Esta ciudad, fue escenario de la batalla Al Raqqa, en la que el 17 de octubre de este mismo año las Fuerzas Democráticas Sirias, junto a la coalición internacional, consiguieron liberar la ciudad del dominio de Daésh.
Gracias al testimonio de Alberto García, un joven español que luchó en el frente de batalla, pude conocer más a fondo historias de todos aquellos que sufrieron durante estos años, el deplorable régimen de terror impuesto por el Estado Islámico sometiendo a la población a una rigurosa vigilancia del Islam.
Pero sin duda, lo que más llamó mi atención fueron las fuerzas armadas femeninas, protagonistas también de esta lucha, con propio cuerpo de mando y jeraquía.
Alberto explicaba como él había visto a dirigentes femeninas liderando grandes grupos de asalto compuestos principalmente por hombres.
Una de las combatientes contaba como el Daésh quemaba a madres delante de sus hijos, raptaba a mujeres a diario, ella personalmente había asistido al homicidio de familiares y amigas, y  estuvo al lado de su hermana pequeña cuando murió a causa de que no tenían los medios necesarios para vivir. Pero ella misma con orgullo y determinación, afirmaba que en el propio corazón de la bestia, donde lapidaban mujeres, ahora vivían su empoderamiento y como el Daésh quiere destruir a las mujeres, pero estaba siendo destruido por ellas.
Gente como esta joven combatiente, habitan en el mismo mundo que nosotros, sin embargo, sus vivencias son tan ajenas a nosotros, que a veces resulta inimaginable ponerse en su misma piel.
Hemos de darnos cuenta, que gracias a vivir en un país dónde rige un gobierno democrático, se nos permite acceder a una serie de derechos, que son del mismo modo ajenos para todos aquellos, que vivir es sinónimo de no morir.
¿Estamos las sociedades occidentales ignorando este tipo de problemas?¿Estamos dando el apoyo suficiente? Todas estas preguntas nos remiten al concepto de responsabilidad, donde debemos preguntarnos las siguientes preguntas ¿Ante quién se es responsable? ¿Quién es responsable? ¿En relación a qué objetos, campos o ámbitos de la realidad se es responsable?
Los estados, proporcionando armas o aquellos que subvencionan las guerras, tienen una responsabilidad subjetiva, ante sí mismo, ante su “conciencia moral”, pero también hay que tener en cuenta una responsabilidad intersubjetiva, donde se da una “co-responsabilidad” donde es es responsable de las repercusiones que provocan en otros sujetos.
Por lo tanto, hay una falta de “responsabilidad solidaria” por parte de todos estos estados, que observan el conflicto desde un punto de vista externo, cuando ellos son en parte responsable de lo que está pasando.

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