La mayoría conocemos una de las redes sociales más utilizadas
a día de hoy en todo el mundo, principalmente los adolescentes: Instagram, esa red
social en la que cada uno expone su vida y la comparte con aquellos usuarios que
le siguen. Hay que tener en cuenta que, exponer tu vida personal debería de
consistir en publicar tanto lo bueno como lo malo; es decir, la realidad, ya
que no somos perfectos, ni tenemos una vida sin problemas, sino que nuestro día
a día el cual tratamos de dar a conocer por medio de nuestras redes sociales a
los demás consta de ambas partes.
Sin embargo, ha surgido hace un par de años este nuevo término
que millones de personas llevan a la práctica: Finstagram (del inglés, fake Instagram,
en español falso Instagram). Se
trata de aquella cuenta secundaria
que se compagina con la principal, en la que cada uno publica la realidad, y
que comparte con amigos cercanos y usuarios de confianza. Es decir, aquella
cuenta en la que te siguen cientos (o miles) de personas con la que tu
comunidad te identifica, es tu cuenta principal, en la que publicas lo que
quieres que vean los demás de ti. Por otra parte, tu cuenta secundaria (Finstagram)
es aquella es la que el contenido está limitado a tu entorno más cercano, en la
cual subes lo que realmente eres, y lo que te pasa en tu día a día.
Para situar mejor este concepto, voy a poner un ejemplo: tu cuenta principal (aquella con tu nombre y
apellidos), es aquella en la que subes lo bien que te lo pasaste en un viaje
con tus amigos, y en la que incluso, moldeas aquellos aspectos que estéticamente
no son “bonitos” (por ejemplo, utilizas Photoshop para no mostrar tus
imperfecciones). Mientras que en tu falso Instagram (aquel que normalmente se
presenta con un pseudónimo de forma que solo ciertas personas lo puedan
encontrar) es en el que publicas las interminables y aburridas horas en el aeropuerto
antes del viaje, y el que subes una foto real sin retoques, mostrando tu auténtica faceta.
Aquí es donde surge un concepto clave: la apariencia. Aquella faceta e ideal que actúa como barrera entre
tu vida real y tu vida ficticia: aquella que desearías tener, la cual quieres
que los demás piensen que tienes, pero que no es más que una mentira. Por lo
que, aquellos que realmente saben cómo es tu vida, con los cuales no te importa
compartir la realidad, y que vean tu verdadera persona, son los que saben de su
autenticidad. En el momento en que ves la necesidad de crear una segunda cuenta,
en la mostrar tus problemas, es el punto en el que tu cuenta principal pasa a
ser un ideal, y no una evidencia de tu vida.
Suena irónico ¿verdad? Aquella vida que no es más que una
secundaria, es la que hacemos ver a los demás como principal, y exponemos, con
nuestro nombre real. Mientras que lo auténtico de nuestros días, lo escondemos
con un nombre falso, y queda limitado al acceso de quienes nos conocen de
verdad. Es decir, ponemos nuestro nombre real a lo falso, y un nombre falso a
lo real. ¿No debería de ser al revés?
Por lo que, concluyendo, Finstagram es una clara evidencia de
que nuestra vida en Instagram es un engaño.
Y vosotros ¿Lo utilizáis? ¿Alguna vez os parasteis a pensar en su verdadero uso?
¿Qué pensáis al respecto?
Aquí os dejo un enlace para que podáis entender mejor
lo que es una cuenta Finstagram, por si no conocíais el concepto: https://www.google.es/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=1&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjsoNrVpcnbAhVsJsAKHRL9D5IQFggoMAA&url=https%3A%2F%2Fsmoda.elpais.com%2Fmoda%2Fno-usas-finstagram-es-lo-ultimo-para-pobrar-que-tu-vida-en-instagram-es-un-engano%2F&usg=AOvVaw00_P3FMtyi-4Xu62FpYrdJ
María Estévez 1ºA
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