El 23 de junio de 2016 los ciudadanos del Reino Unido expresaron mediante un referéndum su voluntad de salir de la Unión Europea. Cuesta creer que, en una Europa que lleva décadas siguiendo el camino de la cooperación y colaboración entre países, de pronto uno de sus mayores motores decida abandonar este proyecto común. Y es que, en este mundo cada vez más globalizado, se ha demostrado que aquellas naciones que se abren logran prosperar, mientras que aquellas que se cierran no avanzan. Por ello, la pregunta es: ¿Por qué ha ocurrido esto?
Muchos de los británicos que ese día votaron a favor del “Brexit” ahora reconocen estar arrepentidos de ello. Lo hicieron apoyándose en promesas como que su economía saldría reforzada, que ninguna empresa abandonaría el país, que se mantendría intacta la libre circulación de personas y mercancías, etc. Promesas que, meses después, resultaron ser falsas.
Todo esto significa que la falta de información, o el exceso de información errónea, (la desinformación) es uno de los principales motivos por los que hoy nos encontramos en esta situación. Ya que esto lleva a las personas a desconocer la realidad; y este desconocimiento es aprovechado por los populismos para engañar a la gente (o infundirles miedo) y, así, conseguir su apoyo. Pues nadie que entienda cómo funciona nuestra actual sociedad globalizada puede considerar que a su país le va a ir mejor estando solo que trabajando codo con codo junto a otros 27 estados y defendiendo unos intereses comunes, lo que le otorgaría mucho más poder y una mayor voz a nivel internacional.
El “Brexit” es sólo un ejemplo entre muchos otros de los peligros que supone la desinformación, así como una muestra de que este fenómeno constituye una de las principales amenazas de nuestra sociedad. Y es que el problema no es que haya gente que vote a favor y gente que vote en contra; pues ambas opiniones son legítimas, democráticas y, por lo tanto, respetables. El problema es que lo hagan sin conocer ni entender todas las consecuencias que su voto conlleva; porque entonces no están siendo libres, sino rehenes de esas mentiras y miedos. Por todo ello, es muy importante que la sociedad ofrezca a sus ciudadanos una educación e información rigurosas, serias y capaces de combatir y vencer a esta desinformación.
Pablo Maril Carregal 1ºB
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