Actualmente
se están incorporando a nuestra vida algoritmos que pretenden predecir los
comportamientos humanos y cuya principal finalidad es la de vender productos y
servicios.
Las
capacidades de procesamiento de datos disponibles en la actualidad han conducido
a la introducción del “big data”, o lo que es lo mismo la capacidad de analizar
una gran cantidad de datos. Pero al contrario que el análisis de datos
tradicional de bases de datos estructurados, el big data es capaz de analizar
datos de diferentes fuentes y tipologías utilizando métodos matemáticos que
permiten correlacionarlos.
Actualmente,
el resultado de estos análisis permite identificar al consumidor y a sus
intereses. Y como consecuencia de ello apuntar los bienes y servicios que se
estima que dicho consumidor está interesado en consumir.
Con
la introducción de la inteligencia artificial se persigue no sólo analizar los
datos sino anticiparse a ellos. Por eso es
habitual que después de buscar un producto en Internet se comience a recibir propuestas
para que se compre ese producto u otro similar. Las grandes empresas
tecnológicas en el futuro pretenden anticiparse y proponer la compra de un
producto incluso antes de que se haya realizado una búsqueda del mismo.
Así,
los datos que estamos suministrando (gratuitamente) por medio de aplicaciones
de móvil e Internet están configurando nuestro perfil de consumidor. Utilizan
distinta información, según en el barrio en el que vivamos, establecen nuestro
poder de compra combinándolo con otros aspectos como nuestra edad, gustos
musicales, sexo etc. enfocan los productos que nos quieren inculcar que
consumamos.
Aquí
surge la primera pregunta: ¿Tomaremos nuestras decisiones basados en la
información que recibimos y que ha sido generada por inteligencia artificial?
Hoy
en día, la mayor parte de la población mundial accede diariamente a Internet y
desarrolla en ella su actividad del día a día como, por ejemplo: entretenerse
viendo un vídeo, realizar su jornada laboral en el ordenador, socializar
mediante las distintas redes, etc.
Aunque
nosotros queramos tomar decisiones propias, basadas en nuestra autocrítica y
queramos resistirnos a la influencia en nuestra vida de los algoritmos fundados
en inteligencia artificial, siempre, de manera indirecta, las personas de
nuestro entorno nos harán llegar, sin darse cuenta, influencias de sus
elecciones y decisiones. Éstas a su vez
estarán afectadas por los algoritmos de inteligencia artificial, dado que son los
que les recomiendan que realicen diversas acciones en internet y en sus
dispositivos móviles, como que entren una página web porque según la
información recogida del usuario (sexo, edad, lugar donde te encuentres…) dice
que probablemente sea una web interesante para ti.
Es
decir, es casi imposible escaparse y evadirse de la inteligencia artificial ya
que ésta condiciona nuestras vidas y las de otras personas, y, por lo tanto,
nos acabará influyendo de una manera u otra, ya sea mediante Internet o
nuestros dispositivos móviles o mediante la influencia de las personas que
están en contacto con ella.
Pero
aún hay una segunda pregunta que resulta más inquietante: ¿Cómo afectará esta
influencia del big data e inteligencia artificial en nuestras decisiones como
ciudadanos?
A
fecha de hoy ya estamos experimentando el poder de las redes sociales que nos
muestran aquellas noticias que más nos gusta oír, las noticias falsas para
destruir la credibilidad de personas o manipular su percepción…
Si
solo escuchamos una única imagen de los hechos – que es la que “otros” han
decidido que es la que debemos recibir: ¿cómo dispondremos del criterio
reflexivo y personal para evaluar diferentes versiones o puntos de vista y
tomar el camino que creemos que mejor conviene a nuestras vidas? Y otra
cuestión: ¿Estamos continuamente siendo manipulados?
Óscar
Toimil 1º C
No hay comentarios:
Publicar un comentario