domingo, 16 de junio de 2019

Legalidad y legitimidad: ¿son todas las leyes legítimas?

Para hablar sobre la legitimidad y la legalidad, primero debemos conocer su definición. La primera es la cualidad de ser adecuado a los valores y principios del ordenamiento jurídico. Asimismo, la ley es un conjunto de normas de conductas cuyo incumplimiento está sancionado por castigos. Tanto si la ley es una norma escrita como si es fruto de una tradición oral, se entiende que legalidad es todo aquello que ocurre dentro del marco legal dado como válido por el conjunto del cuerpo social.

Las leyes y su aplicación no son siempre justas. Hay muchas que nos parecen absurdas, parciales e incluso arbitrarias. No obstante, la única garantía que poseemos de que una sociedad funcione, como organización de individuos, es el respeto y el cumplimiento de la ley. Pero, ¿qué pasa si esas leyes son ilegítimas?, deberíamos cumplirlas a pesar de que van contra lo moralmente correcto. Tanto en nuestra sociedad actual como en el pasado se han dado y se dan casos en las que hay leyes que son injustas y, por tanto, ilegítimas.

Un ejemplo de estos casos lo podemos observar en las persecuciones que ha sufrido el pueblo judío en Europa durante los últimos siglos, comprendemos que actos que hoy nos parecen monstruosos, eran perfectamente legales en determinadas épocas. Denunciar a tu vecino judío no solo era legal en la Alemania nazi o en la España de 1492, sino que no denunciarlo podía ser entendido como un delito. ¿Era legítimo que alguien se opusiese a esa ley y ayudase a los judíos víctimas de la persecución? ¿Condenaríamos su conducta? Creo que la mayoría estaríamos de acuerdo en admitir que un hombre que violase esas leyes no actuaría ilegítimamente aunque sí ilegalmente.

En 1987, Klaus Barbie fue juzgado en Francia por crímenes contra la humanidad. Su defensor usó el siguiente razonamiento para intentar conseguir la inocencia de su cliente, afirmó que durante el holocausto judío, el señor Barbie tenía la legalidad de su parte y que posteriormente esa legalidad se volviera ilegal no puede cambiar nada. Para el defensor, cumplir la ley le eximía de toda culpa, aunque las leyes dictaran cometer crímenes infames. Siguiendo este razonamiento, se podía culpar a los que habían redactado las leyes, pero no a los ejecutores, ya que estos se limitaban a cumplir órdenes y no tenían ninguna responsabilidad. Pero, Barbie fue condenado a cadena perpetua, con lo que la justicia confirmó que las leyes no pueden servir de cobijo a criminales. Una persona es siempre responsable de sus actos, y las normas legales no pueden servir como excusa.

 Pero, estos conflictos no son solo parte del pasado, hoy en día hay un gran conflicto entre legalidad y legitimidad. Por ejemplo, hace poco Dana Bakdounis se fotografió sin velo y subió su foto a una red social ¿acaso no tiene derecho una mujer a negarse a llevar el velo aún cuando en su país la ley establece que debe llevarlo?

En conclusión, creo que esta claro que necesitamos leyes para vivir en sociedad pero debemos tener cuidado de que esas leyes sean legítimas y de que no vayan contra los derechos y la libertad de otras personas, libertad que debe estar restringida por un conjunto de leyes que sean justas.

Rodrigo Tasende Reboredo 1ºA

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