domingo, 16 de junio de 2019

Mahdi

Existen momentos cotidianos, vacíos y monótonos en los cuales nos zambullimos la mayor parte de nuestras vidas. Pozos pasajeros en los que tirar tiempo sin siquiera esperar recibir algo a cambio. Es precisamente de estas situaciones de donde surgen muchas de las cosas que más nos llegan a marcar a lo largo de nuestra vida. Y ése fue mi caso.

Para ponerte en situación: Acabado un agotador día de clases y exámenes, decido relajarme un poco jugando a un videojuego. Tras encender el ordenador y entrar en el juego, veo que una amiga mía está conectada, y le propongo echar una partida juntos. Ella acepta y me invita a su sala. En ella hay dos jugadores más, mi amiga me pide que les envíe un enlace para unirse a nuestro chat de voz. Hasta entonces mis mayores expectativas para lo que restaba de día eran pasar un buen rato con mi amiga y procurar no irme demasiado tarde a dormir.

Es entonces cuando envío el enlace al chat de voz, esperando encontrarme a un par de amigos suyos. Extrañada fue mi expresión cuando los nuevos interlocutores utilizaban únicamente el inglés para hablar, teñido de un ligero acento del Medio Oriente. Confundido, le pregunté a mi amiga que de quiénes se trataban, a lo que ella alegó: ''No sé, jugué con ellos y me lo pasé bien''. Es aquí donde inicio mi relación con estas dos nuevas personalidades.

Durante nuestro primer juego mano a mano en el mismo equipo, lo más profundo de nuestra conversación no pasaba de preguntarnos entre nosotros dónde podía estar el rival, o pedir asistencia en caso de peligro. Por ahora ésta solo sería una noche de tantas que transcurren de la misma manera para mí. Sin embargo, todo cambió a partir del segundo juego cuando, al preguntarles su procedencia, tardé apenas diez minutos en apartar cualquier atisbo de concentración a lo que pudiese estar pasando en mi pantalla y centrar toda mi atención en lo que este par de personas tenía que contar.

Pese a que he estado hablando de ellos como un par lo cierto es que, a partir de ahora, centraré el texto en el chico que realmente me influyó, Mahdi. Mahdi es un estudiante de informática iraní de 20 años amante de los videojuegos, y con el cual he pasado casi todo mi tiempo libre desde que lo conocí, simplemente compartiendo nuestras culturas, intercambiando ideas, uno de los mayores placeres del ser humano. Gracias a él no solo he aprendido muchísimo sobre la cultura iraní (de la que hablaré más adelante), sino que me ha ayudado a entenderme mejor a mí mismo, sobre quién soy.

Aquella noche de martes me quedé hablando con Mahdi hasta bien entradas las cinco de mañana y, si por mi hubiese sido, me podría haber quedado hablando con él hasta sonar el timbre de las nueve en punto. Me habló de lo mucho que amaba a su tierra, Irán, pero de los enormes problemas de su diplomacia y, muy en especial, de lo mal que le parecía el unir lo religioso con lo político, de como los pecados eran delitos y viceversa.

Allí convertirse al islam y después abandonar la religión musulmana está penado con la muerte. La realidad se me hizo más aciaga cuando me dijo que todos los iraníes nacían por ley musulmanes. Me contó también que cualquier relación romántica fuera del matrimonio era delito y que las escuelas estaban separadas por géneros. He de decir que esto no me extrañó, pero lo que sí lo hizo fue que por el mero hecho de verse con una mujer por la calle sin ser ella parte de tu familia un policía lo podría llevar a la cárcel hasta que sus padres fuesen a declarar y ''pedir perdón''.

Dejando a un lado los temas sexuales, cada minuto que pasaba no sentía sino más curiosidad y estupor por la oportunidad de conocer de primera mano una cultura que me era totalmente desconocida. Me enseñaron muchas palabras en farsi (persa), y yo correspondí con sus homólogas españolas (y gallegas). Más adelante hablamos de historia y política y, como no podía ser de otra manera, le pregunté sobre el feminismo. Me dijo que lo conocía, que los medios no hablaban de ello pero que en las calles cada vez se oía más, y que él está muy a favor de las ideas que propugna ya que, según él, ''we are all humans, bro''. Me dijo que la situación con el hijab había mejorado, cada vez menos mujeres lo llevaban, y que, aunque a él no le parece mal que las mujeres lo lleven, si algún día se casa y su mujer no quiere usarlo, a él le parecería perfecto, pues es decisión de ella, y no de él.

Después de esto, la conversación derivó en artes, pasamos de Eduardo Pondal a Ruhollah Khomeini y a La Celestina. Algo que me dejó insólito fue que Mahdi jamás había escuchado la palabra literatura. No hablo del significante en español, sino del significado de literatura y, pese a que tienen poetas persas, el concepto de literatura les es desconocido.

Al día siguiente, y habiendo dormido apenas dos horas, mi mente solo quería volver a conectar con Mahdi y seguir aprendiendo de él. Esa mañana nos intercambiamos recetas de cocina y terminamos hablando del Ramadán. También aprendí de eso un concepto que no existe (por suerte) en español y que me dejó asombrado: Najjes. Najjes es toda aquella suciedad que no mancha el cuerpo, sino el alma. Najjes es, por ejemplo, la sangre, el esperma, el orgasmo, el parto y, lo que más me sorprendió, los perros. Si bien es cierto que en Irán la gente puede tener y tiene perros, éste ha de estar fuera de casa y ser usado para la caza o como guardián, pero nunca como igual. De tocar a un perro con una mano, ésta ha de ser inmediatamente lavada con agua y jabón. De tocarlo con más que una mano o estar el perro mojado, se considera Najjes y ha de realizarse un ritual conocido como Ghosl, una limpieza física y espiritual de todo el ser que se debe realizar en el baño de casa.

Mi curiosidad no dejaba de crecer, y cada vez mi vínculo con Mahdi era más estrecho, al punto de tratarnos como amigos de toda la vida. Cada vez sentía más que, pese a vivir en distintos continentes, distitna cultura y en general entornos tan extremadamente diferentes, realmente lo que nos diferenciaba era una nimiedad en comparación con lo que nos unía. Este sentimiento que tenía no hizo sino multiplicarse cuando me dio a conocer al resto de sus amigos a través de Telegram. Mahdi me metió en su grupo de mejores amigos y les explicó un poco quién era yo. Algo que me dejó realmente atónito, y seguramente lo que más me haya impactado, es la sensación de familiaridad, de fraternidad con la que me trataron. Para que te hagas una idea: imagina tu grupo de WhatsApp de amigos de toda la vida, y de pronto uno de ellos mete a una persona que no conoces de nada y dice "Éste es Mahdi y es de Irán, no habla español pero es un tío muy majo". El ponerme yo en esa situación fue lo que realmente me hizo en un instante sentir parte de su familia. De igual modo que el resto de lobos reducen el paso para no dejar al herido atrás, ellos podían estar teniendo una conversación en farsi sobre lo que fuese, que en cuanto yo escribía algo, todos cambiaban a hablar en inglés, pero no solo a mí, sino entre ellos, hasta que yo dejaba la conversación. Ahora piensa, harías tú lo mismo?

De ese pintoresco grupo conocí a Jalal, amante de la cultura española y devoto madridista con el que intercambié un Entre dos aguas de Paco de Lucía por un Ahay Khabardar de Homayoun Shajarian, y que piensa que las Comunidades Autónomas son una mala idea y que parece el Japón feudal. También conocí a Ario, que me dejó claro (tras preguntas como si sabía quién era Deadpool o qué era un reality show) que no eran hombres de las cavernas (aunque me preguntó si Andalucía seguía siendo islámica); que pese a que en su país Internet está censurado, utilizan VPN para ver todo lo que en su país se les está prohibido, desde la pornografía hasta Los Simpson; que, al igual que la mayoría de la gente de su edad, solo era religioso en los exámenes y que para él el Dios verdadero y todopoderoso es la fuerza unida de todos los seres humanos.

Desde luego, de esta experiencia comprendí que sólo eramos un grupo de jóvenes riéndonos del mundo antes de que él se riese de nosotros, y todavía sigo aprendiendo un mundo cada día de ellos. ¿Y tú, tienes alguna pregunta que les quieras hacer a Mahdi o a sus amigos?

                                                                                                                                     مهدی ، ممنونم ازت
                        

Ismael Rodríguez Ferreiro 1ºA

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