El lenguaje se ha visto siempre
como un elemento distintivo de los humanos y ligado a la propia evolución de las especies lo que
explica la atención que se le ha prestado ya desde la antigüedad.
Dada su importancia han sido muchos los estudios que han tratado de
desentrañar los secretos de la capacidad de los humanos para aprender una
lengua. Y, ante esta pregunta, se
plantean inicialmente dos respuestas: Unos entienden que se trata de una
capacidad innata, mientras que otros consideran que es una habilidad adquirida,
desarrollada e influenciada por las condiciones de vida en las que se
desarrolla el individuo.
Estas mismas alternativas han sido manejadas entre los científicos que
han estudiado estas cuestiones y que se han agrupado en dos categorías:
a) Los racionalistas (Chomsky),
consideran que la estructura del lenguaje viene determinada biológicamente, es
por lo tanto innata, mientras que la experiencia, la realidad vivida, lo único que hace es activar esta capacidad
preexistente.
b) Los empiristas, (Skinner) por su parte, niegan esa estructura innata o natural, y atribuyen a la
experiencia el papel fundamental para aprender una lengua, siendo así un
elemento esencial para ese aprendizaje como para cualquier otro conocimiento
Mas allá de las opiniones de los científicos, si tenemos en cuenta el
proceso de aprendizaje de la lengua se pueden apreciar determinadas circunstancias
que resultan relevantes a la hora de dar una respuesta al carácter innato o adquirido de esta
capacidad como pueden ser la siguientes:
n Todos los humanos, con inteligencia y sentidos normales aprenden una
lengua, con todas las complicaciones que ello supone en un tiempo relativamente
corto..
n Las etapas que siguen los niños en el aprendizaje del lenguaje siguen
unos patrones muy comunes, cualquiera que sea la lengua materna.
n La adquisición de una segunda lengua por personas en edad adulta nunca
alcanza el mismo nivel de competencia de la primera lengua, lo que se conoce
como hipótesis de la edad crítica.
n La influencia de la experiencia en la adquisición de una lengua
resulta relativa, y no puede limitarse al papel de los padres, ya que la
experiencia demuestra que lo hijos de padres inmigrantes aprenden la nueva
lengua a pesar de que sus padres no la conozcan o la conozcan con
deficiencias. Por otro lado, los hijos
de padres sordos también son capaces de adquirir la capacidad de comunicarse
oralmente.
Por lo tanto, considero que los seres humanos poseen
una capacidad innata para aprender el lenguaje, pero el desarrollo y la
adecuada formación de éste sólo será posible si las personas disponen de las
capacidades sensoriales necesarias y si existe un entorno social que le brinde
a la persona los adecuados estímulos para desarrollar esa capacidad.
Una
buena muestra de esto podemos verlo en
la película “El milagro de Ana Sullivan”. En este caso, las deficiencias
sensoriales básicas (Hellen es ciega, sorda y muda) que le impiden la
adquisición tanto de la lengua oral como escrita o de signos, sin embargo no le
impiden, a través del esfuerzo, y de los estímulos adecuados mejorar su
capacidad de comunicación a través de las habilidades sensoriales de las que
dispone.
Julia López González
1ºBI
Buena información
ResponderEliminar